El ácido gamma-hidroxibutírico o GHB es una sustancia que se produce de forma natural en pequeñas cantidades en las células del sistema nervioso central de los mamíferos, incluidos los humanos, en las bayas ácidas y también aparece como producto de la fermentación en el vino y la cerveza. Se sintetizó por primera vez en 1874 pero no fue usado de modo terapéutico hasta los años 60 del siglo XX, durante investigaciones en busca de un análogo al neurotransmisor GABA humano que fuese capaz de atravesar la barrera hematoencefálica.

En principio se sintetizó el GHB a partir de una solución de gamma-butirolactona (GBL; que todavía se utiliza como precursor) y que incluso se convierte en parte en GHB en el organismo al ser ingerido, aunque la incertidumbre sobre la cantidad de enzimas que realizan esta transformación en cada persona hace que los resultados sean impredecibles.

Es importante tener en cuenta que a esta sustancia se le denomina a menudo en los medios “éxtasis líquido”, pero que nada tiene que ver con el “éxtasis” (MDMA) ni en composición ni en efectos.

1. COMPOSICIÓN:

Ácido Gammahidroxibutírico o, en forma de sal, Gammahidroxibutirato.

2. PRESENTACIÓN:

En el mercado negro, habitualmente se presenta disuelto en agua, dentro de frasquitos pequeños o botellitas (“biberones”) con un sabor ligeramente salado. En su forma farmacéutica (nombrado más frecuente entonces como ácido oxábico) también se presenta disuelto, en frascos con dosificador.

3. PROPIEDADES:

Como decimos, el GHB es una sustancia endógena presente en los mamíferos. De modo externo, el GHB es utilizado en medicina por sus propiedades anestésicas y facilitadoras del sueño, por ejemplo para mejorar el descanso nocturno de las personas con narcolepsia. Además, tiene efectos anabolizantes, por lo que aumenta la masa muscular.

El GHB se acopla a dos clases de receptores neuronales, por lo que tiene una acción bifásica compleja: concentraciones bajas estimulan la liberación de dopamina y le dan un carácter estimulante, que genera un estado de vigilia con sensación de euforia y que potencia la sensualidad y el calor emocional.

Sin embargo, concentraciones más altas activan los receptores GABAB que inhiben la liberación de dopamina y hacen predominar los efectos sedantes, con reducción de la ansiedad, relajación muscular, inducción al sueño e incluso la anestesia general. Si la dosis es suficiente como para activar los receptores GABAB , tras la fase inicial de inhibición de la dopamina (y a medida que se va metabolizando el GHB y disminuye su concentración) ésta vuelve a liberarse apareciendo de nuevo efectos estimulantes. De hecho, a las personas a las que les ha sido recetado para dormir más profundamente durante la noche y así paliar sus problemas de narcolepsia, se les indica que deben dejar preparada una segunda dosis (y así descansar el número de horas necesario) para cuando la primera deje de hacer efecto, porque lo probable es que despierten tras ello (en unas 3,5-4h) con cierta sensación de activación.

Por tanto, determinadas dosis podrán producir una combinación de relajación, desinhibición y eufórica sensación de bienestar que facilite las relaciones sociales, y que también puede influir en la sexualidad. De hecho, en algunos lugares y ambientes se ha generalizado su uso como afrodisíaco, buscando desinhibición, elevación del estado de ánimo, el incremento de la sensibilidad al tacto y de la capacidad eréctil, retrasar y potenciar los orgasmos y la relajación de esfínteres que facilita el sexo anal (de modo muy diferente y a los “poppers”: nitritos; de amilo, de propilo, etc., que se consumen inhalados y que generan desinhibición y euforia muy muy breve, unida a una relajación muscular y particularmente también de los esfínteres)

Los efectos aparecen muy rápidamente (10-20 minutos) y duran aproximadamente entre 3 y 4 horas. Como indicábamos, también se puede consumir indirectamente tomando sus precursores químicos, como la gamma-butirolactona (GBL), ya que el organismo los transforma en GHB. En esta forma se retrasa la aparición de sus efectos y se dilata su duración.

4. POSOLOGÍA Y VÍAS DE ADMINISTRACIÓN

Su biodisponibilidad se reduce mucho cuando se toma junto con alimentos. Si se consume al menos dos horas después de las comidas, y dependiendo de la persona, con dosis inferiores a 1 gramo suelen predominar los efectos euforizantes, con reducción de la ansiedad y una moderada desinhibición. Cantidades de entre 1,5 y 2 gramos producen una relajación intensa con sensaciones de calma, pasividad, somnolencia y pérdida de coordinación o dificultades en el habla. Dosis de 2 a 4 gramos producen una relajación profunda que suele dar lugar a que la persona se quede dormida, y cantidades superiores a los 4 gramos producen un sueño profundo, de modo que resultará casi imposible despertarla durante 3 o 4 horas. Las cantidades hacen referencia al GHB en polvo; cuando se presenta disuelto las dosis suelen medirse por tapones o por botes, pero como la concentración es desconocida resulta muy complicado calcular las dosis con exactitud.

Como decimos, en el uso terapéutico para mejorar el descanso nocturno se aconseja dejar preparada otra dosis, ya que pasadas unas 4 horas los efectos estimulantes vuelven a predominar y se produce el desvelo.

5. PRECAUCIONES:

Existe un margen muy pequeño entre las cantidades de GHB que producen desinhibición y aquellas que producen una sedación intensa, por lo que hay que ser muy cuidadosas con la dosis. Ante cada nueva partida es recomendable familiarizarse con los efectos en un entorno controlado (una casa, por ejemplo), consumiendo dosis bajas y aumentándolas levemente hasta encontrar la cantidad que aporta los efectos deseados.

Es más seguro tomarlo en compañía, habiendo informado previamente de que se va a consumir. Las dosis deben ser individuales, de modo que cada cual sepa exactamente lo que toma. Si se vierte en un vaso hay que tener en cuenta que el GHB se deposita en el fondo, por lo que si varias personas lo consumen es fácil que la última en beber se sobredosifique.

El uso habitual produce rápida tolerancia y dependencia física. Además, si en las concentraciones naturales en el organismo tiene carácter neuroprotector, en altas dosis o por consumos muy frecuentes resulta neurotóxico.

6. EFECTOS SECUNDARIOS:

Pueden darse mareos, náuseas, vómitos, visión borrosa o doble, descoordinación y somnolencia. En ocasiones pueden producirse dolores de cabeza, contracturas musculares y, más raramente y asociadas al uso de dosis altas, diarrea, amnesias y convulsiones. Al día siguiente hay quien sufre un leve aturdimiento, mareos, dolores de cabeza, o cierto malestar muscular, aunque otras personas se sienten especialmente despejadas y de buen ánimo.

7. INTERACCIONES:

La mezcla con alcohol está absolutamente desaconsejada, porque se produce una sinergia de los efectos depresores y disminuye mucho su (de por sí bajo) margen de seguridad . En general, la combinación de GHB con cualquier otro depresor del SNC (alcohol, benzodiacepinas, opiáceos, ketamina…) potencia los efectos de ambas sustancias y aumentan las posibilidades de sufrir una pérdida de conocimiento.

La mezcla con estimulantes puede enmascarar los efectos del GHB, facilitando que se consuma más de la cuenta de ambos y que se produzcan reacciones adversas. Los efectos resultantes de mezclar GHB y psicodélicos son, en muchos casos, desconocidos, pues no hay estudios al respecto.

8. CONTRAINDICACIONES:

En niños/as, mujeres embarazadas o en período de lactancia. Si se padecen enfermedades del hígado o del riñón, trastornos respiratorios o cardíacos, en casos de hiperprolactinemia o de epilepsia, así como en individuos aquejados por el Síndrome de Cushing. No consumir si se ha de conducir vehículos o manejar maquinaria peligrosa.

9. INTOXICACIÓN:

La intoxicación por GHB produce pérdida de conciencia y ralentización de la respiración, que puede derivar en una depresión respiratoria aguda. Puede que la persona intoxicada se recupere de forma espontánea al cabo de 2-4 horas, pero la situación puede agravarse por el consumo combinado con otras sustancias (en especial las depresoras) y ha habido varios casos fatales, así que ante cualquier duda es mejor llevar a la persona a urgencias.1

En ocasiones la sobredosificación también produce vómitos. Ante desmayos y pérdidas de conciencia, para evitar que la persona pueda ahogarse con su propio vómito, se le debe tumbar de lado mientras se espera a que llegue la ambulancia.

10. ASPECTOS LEGALES

Su posesión o consumo en lugares públicos está sancionado (desde la puesta en vigor de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, conocida popularmente como “Ley Mordaza”) con una multa mínima de 601 euros. El tráfico, por considerarse legalmente (en base a la jurisprudencia y a pesar de sus usos autorizados) entre las drogas que pueden causar «grave daño a la salud», es considerado un delito penal y acarrea entre 3 y 6 años de cárcel y una multa de hasta tres veces el valor de la droga.2 El “drogotest” de tráfico no lo detecta.3

1 Incluso se han dado casos, como el acaecido en 2016 en Zaragoza, en el que una chica murió después de que sus “amigas” le echaran GHB en el cubata, en alta dosis y sin tener en cuenta la cantidad de alcohol ya consumida.

2 Esta es la legislación actual, en el momento de escribir este documento (abril de 2023) Sin embargo, la citada Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana está en trámite de modificación y parece que las multas por tenencia simple pasarán a ser consideradas leves (con una cuantía de entre 100 y 600 euros) y el consumo en la vía pública seguiría castigándose con 601 euros de multa mínima.

3 Para saber más sobre el estatus legal del GHB y también de su precursor GBL, consultar el excelente artículo del abogado Francisco Azorín: https://energycontrol.org/esta-considerada-como-droga-prohibida-el-gbl-precursor-del-ghb/

El GHB está fiscalizado en España desde 2002, en donde una Orden Ministerial lo incluyó en la lista II del Real Decreto 2829/1977, después de que la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas lo incluyera en 2001 en la lista II del Convenio de Psicotrópicos de 1971, donde se controlan moléculas con propiedades terapéuticas reconocidas. Pues bien, si repasamos la jurisprudencia del Tribunal Supremo, por todas STS 8114/2004, vemos como el alto tribunal considera al GBL un precursor del GHB y, por tanto, una droga prohibida.”

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