COMPOSICIÓN
La Dietilamida de Ácido Lisérgico (LSD, por sus siglas en alemán) es una sustancia semisintética, obtenida por primera vez en 1938 (aunque no probada hasta 5 años después) en los laboratorios de la compañía farmacéutica Sandoz (hoy Novartis) por Albert Hofmann en el transcurso de un programa de investigación con los alcaloides del hongo Cornezuelo del Centeno.1 Tras ser descubierta, estudiada, aplicada a tratamientos de salud mental y de generar miles de artículos científicos en todo el mundo por sus aplicaciones en diversos campos, incluidos los citados usos en psicoterapia, fue fiscalizada en los EE.UU. en 1968, y a partir de ahí se hizo extensiva en pocos años la prohibición en todo el mundo y se incluyó en la Lista I de fármacos del Convenio de Viena de 1971. En los últimos años (y se viene llamando a este fenómeno “el segundo renacimiento psicodélico”, aunque de modo un tanto etnocéntrico) está resurgiendo su uso terapéutico con dosis completas, y también está aumentado su uso en forma de microdosificación.
Su prevalencia de consumo en el Estado español (en los últimos 12 meses) según la encuesta EDADES sobre población general (entre 15 y 64 años) es de 0,6 y según la ESTUDES, que mide la prevalencia en población escolar (de 14 a 18 años) es de 1,4.2
1. COMPOSICIÓN
Tanto por su naturaleza (activo en el orden de los microgramos o millonésimas de gramo) como por cómo ésta condiciona sus formas de presentación, la LSD en el mercado negro no aparece (casi nunca) adulterada, sino en todo caso sustituida por otras sustancias con rango de actividad similar. Según los últimos informes de reducción de riesgos de alcance estatal publicados, alrededor del 93% de las muestras analizadas contienen efectivamente LSD, un 1% la contienen con adulterantes y un 6% no la contienen y aparece sustituida por otras sustancias de la familia de las fenetilaminas (habitualmente, de los grupos 25x-NBOMe, DO-x…) y que presentan riesgos mayores que la LSD.
2. PRESENTACIÓN
En pequeños cartones secantes (“tripis”, “ajos”…) con iconos llamativos, impregnados con una solución de LSD. También aparece en micropuntos (poco frecuentes) o en la propia forma líquida. Es conveniente guardarla en un envase hermético, a ser posible con un desecante (por ejemplo, gel de sílice) y alejada de la luz.
3. PROPIEDADES
La LSD provoca efectos psicodélicos (mal llamados “alucinógenos”), o enteógenicos (nombre general que proviene de usos rituales-religiosos; en este caso, remitirían a los del cornezuelo del centeno (claviceps purpurea) o del ololiuqui (las semillas de la ipomoea violacea y/o de la turbina corymbosa, que contienen Amida de Ácido Lisérgico o LSA)).
Siempre en función de la persona y del decisivo contexto, se pueden producir risas y euforia a dosis bajas o en las fases iniciales del viaje. Después es frecuente el paso a un estado de calma y tranquilidad, acompañada de una marcada sensación de lucidez y claridad mental, y se dan las más marcadas modificaciones de la percepción: se siente que el tiempo se ralentiza, se acelera o desaparece, los colores brillan de forma distinta, los objetos se deforman, se puede dar el fenómeno de la sinestesia (“intercambio” de sentidos: escuchar colores, ver sonidos o música, etc.), visiones con los ojos cerrados y aumento de la intensidad de las emociones. En general se produce un profundo cambio de consciencia. Con altas dosis se puede llegar a alcanzar una capacidad de exploración interior fuera de lo común y estados de comprensión de la realidad donde la persona se siente fusionado con el mundo que le rodea.
Si se accede al conocimiento de nuestros “cuartos oscuros” pero éste es rechazado y se pretende volver a cerrar “las puertas de la percepción” en medio del viaje, se pueden producir episodios de angustia vividos de forma muy desagradable e incluso traumática (“mal viaje”), mientras que si algo de lo que se descubre es duro pero se acepta y se trabaja puede resultar terapéutico a la larga. También se puede producir un “mal viaje” (en otro sentido) por las malas condiciones de la ingesta (ver set y setting).
Para hacer un uso terapéutico, bien con microdosis o, sobre todo, con dosis completas, es necesario mucho conocimiento, acompañamiento y un entorno muy controlado.
4. POSOLOGÍA Y VÍAS DE ADMINISTRACIÓN:
El consumo se realiza por vía oral. La LSD es muy potente por unidad de peso y ya es activa en cantidades de millonésimas de gramo (µ).3 Las dosis bajas oscilan en torno a las 50 µ, las medias en torno a las 150 µ y se consideran dosis altas las que superan las 250 µ. La concentración media de las muestras callejeras se sitúa en torno a las 100 µ, pero ésta es muy variable y para calcular correctamente la dosis es necesario hacer uso de un servicio de análisis de sustancias como los que ofrecen las asociaciones de reducción de riesgos.
El uso más recreativo se da con dosis bajas y el psiconaútico con dosis altas. Las dosis medias pueden crear una sensación contradictoria, entre dejarse ir y aferrarse a la percepción ordinaria, que puede resultar ansiógena y ser difícil de manejar para usuarias no experimentadas, por lo que suele ser la que más riesgos entraña.
Dependiendo de si se tiene el estómago lleno o no y del individuo, los primeros efectos pueden tardar en aparecer 15 minutos o más de una hora. La experiencia suele durar entre 8 y 10 horas.
5. PRECAUCIONES
Es fundamental que las condiciones conocidas como set y setting sean las adecuadas para el buen desarrollo de la experiencia y evitar sobre todo los “malos viajes” improductivos (no en el otro sentido) y los accidentes.
Set (las características personales y el estado de ánimo): es muy importante que la persona tenga cierto grado de madurez, no esté pasando por un mal momento personal y que se comience la experiencia con una actitud positiva y decidida a hacerlo sin ninguna presión externa.
Setting (el ambiente o contexto): debe de ser agradable, amigable y seguro.
La buena concurrencia de estos dos elementos permitirá que la usuaria se pueda dejar llevar por el viaje y aumentar las posibilidades de tener una experiencia útil y placentera y lo más segura posible.
Insistimos en que las dosis medias suelen ser las más complicadas en su manejo.
6. EFECTOS SECUNDARIOS
Algunos efectos secundarios son: dilatación de las pupilas, bajada de la presión arterial, dolores de cabeza, desorientación espacio-temporal, confusión y ansiedad.
7. INTERACCIONES
Las mezclas con alcohol dañan el estómago y enturbian la experiencia, pudiendo aumentar la posibilidad de sufrir dolores de cabeza y otros trastornos.
Con estimulantes (cocaína, “speed”, etc.) disminuyen los efectos psicodélicos, pero aumentan las posibilidades de “mal viaje”.
La mezcla con MDMA (lo que se conoce en jerga como “candy flipping”) puede dar un toque más entactogénico al viaje y psicodélico a la experiencia de la MDMA, pero se debe tener experiencia en el consumo de las dos sustancias y bajar las dosis de ambas aproximadamente a la mitad de lo que la misma persona tomaría de cada una por separado.
La combinación con otros psicodélicos supone mezclar sustancias de efectos muy intensos, por lo que, en caso de hacerla conviene extremar las precauciones usuales para el consumo de éstos.
8. CONTRAINDICACIONES
En niños/as, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y personas con reacciones alérgicas a la sustancia. En casos de afección renal, insuficiencia hepática o epilepsia. Si se ha de conducir, manejar maquinaria peligrosa o realizar actividades peligrosas. Si al día siguiente se tienen obligaciones o responsabilidades ineludibles.
9. INTOXICACIÓN:
No se han descrito casos de muerte por sobredosis. Su margen de seguridad (la relación entre la dosis activa mínima y la dosis mortal) es muy alto, en caso de existir (el mínimo se considera 1 a 600; de hecho, no ha sido documentada una dosis letal), por contraposición a los alucinógenos en sentido estricto, en cuyo caso es extraordinariamente bajo (por ejemplo, en el caso de la escopolamina, mal llamada “burundanga”)
Ante un “mal viaje” provocado por las malas condiciones de set y setting hay que tratar de conservar la calma (en primer lugar, la nuestra…) y/o tranquilizar a la persona que lo sufre, acompañarla sin agobiarle, buscar un sitio tranquilo sin exceso de estímulos sensoriales, pausar la respiración y concentrarse en su ritmo, concienciar o concienciarse de que se está bajo los efectos del “ácido” y de que éstos remitirán en pocas horas, dejándose llevar por la experiencia y sin luchar contra los efectos.
10. ASPECTOS LEGALES
Su posesión o consumo en lugares públicos está sancionado (desde la puesta en vigor de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, conocida popularmente como “Ley Mordaza”) con una multa mínima de 601 euros. El tráfico, por considerarse legalmente entre las drogas que pueden causar «grave daño a la salud», es considerado un delito penal y acarrea entre 3 y 6 años de cárcel y una multa de hasta tres veces el valor de la droga.4 Para ver las cantidades máximas orientativas consideradas como destinadas al autoconsumo, consultar nuestro folleto dedicado a las leyes.
1 Consultar el excelente texto de su propio descubridor: Hoffman, A., Historia de la LSD: Cómo descubrí el ácido y qué pasó después en el mundo, Ed. Gedisa, Barcelona, 2013. Ver también Lee, M., y Shlain, B., Sueños de ácido: una historia social de la LSD, Ed. Castellarte, Cádiz, 2002, con un punto de vista relativamente conservador, lejano a los MM. SS. y por momentos cínico, pero con mucha información interesante sobre los procesos de la época, también en lo referente a los proyectos militares, como el MK-Ultra y sucesivos.
2 Hay que decir que, en realidad, en ambas encuestas se dan estas cifras para los (mal llamados, en este caso) “alucinógenos” en general. Sin embargo, y dado que en el cuadro general de todas las sustancias se dan aparte desglosados los datos de prevalencia de las llamadas “setas mágicas”, estas cifras corresponden casi por completo a la LSD, aunque en rigor son inferiores.
3 La millonésima de gramo también se denomina técnicamente micra pero no se debe confundir este término con lo que en jerga callejera se entiende por “micra”, que remite a la cantidad de 0,1 g, a veces utilizada en la venta ilegal; de heroína o de cocaína en forma de “crack”, sobre todo.
4 Esta es la legislación actual, en el momento de escribir este documento (abril de 2023) Sin embargo, la citada Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana está en trámite de modificación y parece que las multas por tenencia simple pasarán a ser consideradas leves (con una cuantía de entre 100 y 600 euros) y el consumo en la vía pública seguiría castigándose con 601 euros de multa mínima.
CONSERVACIÓN
Es conveniente guardarla en un envase hermético, a ser posible con un desecante (gel de sílice) y alejada de la luz.
Manténgase fuera del alcance de l@s niñ@s. Consulte a su médico o a personal especializado.
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