Hoy, Día Mundial de la Lucha contra el VIH y el SIDA, desde Centro Alba y Consumo Conciencia lanzamos una campaña enfocada a la prevención en el ámbito de la noche, el consumo de drogas y las relaciones sexuales, agrupada bajo los hashtags #PlacerSinRiesgo y #PrevenciónVIH.

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Ambas entidades, desde nuestras respectivas áreas de intervención, compartimos un enfoque de reducción de riesgos, que huye de la mirada estigmatizadora o culpabilizadora y  propone consejos para el cuidado propio y colectivo desde una óptica responsable y libre de doble moral.

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Tanto si consumimos drogas, cobramos por mantener relaciones sexuales o elegimos tener relaciones con pareja estable u ocasional, con una persona o con varias, consideramos que el riesgo está en las prácticas, no en que las personas pertenezcan a un determinado grupo social. Si el VIH no discrimina, nosotras y nosotros tampoco.

Por ello, nos recordamos que las apariencias no protegen a la hora de mantener relaciones sexuales con alguien a quien acabamos de conocer. Enfatizamos que el VIH no es algo del pasado y que sigue estando presente a nuestro alrededor. Invitamos a que tanto el sexo grupal como el individual vaya siempre acompañado de preservativo, porque “el amor no protege”.

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En el caso de prácticas en las que se practica sexo en grupo, recomendamos el uso de una goma por persona. Y, con un@ o con veinte, si combinamos el sexo con el consumo sustancias psicoactivas, sabemos que la reducción de riesgos es esencial. Podemos informarnos sobre los efectos y la dosificación de desinhibidores y/o sedantes, sea alcohol o GHB, de estimulantes como la cocaína o las anfetaminas o de estimulantes-entactógenos como la MDMA-Éxtasis. Cuidamos las mezclas y disfrutamos con control.

Y que el subidón no nos haga olvidar la protección.

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Recordamos también que es aconsejable salir de fiesta con un consumo planificado (dejando el dinero de más en casa para no facilitar excesos más entrada la noche) y preservativos en el bolsillo: podemos disfrutar, buscar y encontrar placer a la vez que protegemos nuestra salud.

Una vez más no podemos revisar sólo nuestra responsabilidad personal sin señalar al mismo tiempo las deficiencias del sistema. Una política de salud pública basada en la promoción de la salud necesita medios y financiación para ponerse en práctica; la redistribución de la riqueza que creamos socialmente no puede pasar por alto la inversión en dichas políticas.

El castigo no protege: la información, sí.

No queremos proscripción; queremos responsabilidad.

La salud depende de las condiciones de vida. No hay salud para tod@s sin justicia y transformación social.     dinero-justo-condones-de-sobra

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