¡Otra nueva droga detectada en Aragón!
El equipo de investigación de Consumo ConCiencia ha recibido reportes sobre el uso creciente de una sustancia estupefaciente usada fundamentalmente para inducir relajación, somnolencia y aturdimiento
Los especialistas aseguran que entre sus efectos secundarios más frecuentes se encuentran: astenia y debilidad muscular, sensación de ahogo, ataxia (descoordinación motora y problemas en el habla), confusión, depresión, mareos… Asimismo, se pueden dar con menor frecuencia también los siguientes efectos: angioedema (hinchazón bajo la piel de la lengua, glotis o laringe que puede producir una obstrucción de las vías respiratorias que puede ser fatal), náuseas, estreñimiento, ictericia (coloración amarillenta del blanco del ojo y de la piel), alopecia (caída del cabello), trombocitopenia (disminución de las plaquetas de la sangre), agranulocitosis (disminución de neutrófilos, un tipo de glóbulos blancos de la sangre) y pancitopenia (disminución importante de todas las células de la sangre), o síntomas extrapiramidales como: temblor, vértigo, problemas visuales (visión doble y visión borrosa), disartria (dificultad para articular palabras), dolor de cabeza, convulsiones, amnesia, alteraciones de la atención/concentración, trastorno del equilibrio e incluso ideas suicidas.
También se pueden producir reacciones paradójicas como ansiedad, agitación, excitación, irritabilidad, agresividad, alteraciones del sueño/insomnio, inquietud, delirio (incoherencia de las ideas), ataques de ira, pesadillas, alucinaciones, psicosis, cambios de la libido, impotencia o disminución de orgasmos.
Además, como consecuencia del desarrollo de dependencia, al cesar la administración pueden reaparecer síntomas como dolores musculares, ansiedad, intranquilidad, confusión e irritabilidad, insomnio, falta de concentración, dolor de cabeza, desrealización (percepción irreal o desconocida del entorno inmediato), mareos, movimientos involuntarios, náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de apetito, calambres abdominales, taquicardia, ataques de pánico, vértigo, hiperreflexia (estimulación excesiva), pérdida de la memoria a corto plazo e hipertermia (incremento de la temperatura interna del cuerpo), por lo que es imprescindible saber de forma precisa cómo disminuir la dosis progresivamente.
El estupefaciente en cuestión responde al nombre de lorazepam (aunque en lenguaje callejero se conoce como “Orfidal® ”, “Idalprem®” o “Placinoral®) y hay lugares en los se puede conseguir legalmente.
Expertos de la JIFE, agentes de la DEA y de la TIA están estudiando ilegalizarla.
Ah, no, disculpen; ésta no…
Nota final: Recuerden la importancia de leer el prospecto de las sustancias que se consumen (de donde está extraída esta información), donde aparecen también las potenciales utilidades y no sólo los efectos secundarios, a diferencia de la información “preventiva” habitual sobre las drogas ilegales…
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