Sobre el “Caballo” y l@s jinetes de la apocalipsis

Que no, que no “vuelve la heroína”… En los últimos meses, esta pregunta ha pasado a integrar el “top 3” de las que más veces se nos han hecho (junto a algunas sobre el funcionamiento del “drogotest” y sobre los vapeadores y vaporizadores para el cannabis)

Como ya comentaba “Lega” en un incisivo artículo de la revista Cáñamo (“La nueva heroína”, nº 255, marzo de 2019), ningún dato oficial de prevalencias de consumo, ni tampoco de los que aportan las salas de inyección que hay en el Estado indican repunte alguno.1 Pero claro, este lugar común no sólo se extiende (y por ello mismo, con cierta credibilidad) en el contexto de la lamentable situación económica del país; la mal llamada “crisis”. En realidad, y como constató nuestro compañero David Pere Martínez, los medios de (des)información de masas llevan dos décadas anunciando el apocalíptico regreso del “caballo”. Por supuesto que hay gente, como la hubo en otros tiempos,2 interesada en que volviera a circular del modo en que lo hizo, pero la cuestión ahora es más bien el interés de aquell@s a quienes les basta con que se extienda el miedo a la vuelta de la “crisis de la heroína”, sea ésta cierta o no.

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1 Remitiendo a las encuestas sobre el consumo EDADES y ESTUDES, “Lega” comenta: “La nueva heroína es la heroína, que vuelve cada año con más fuerza; pero sólo a las redacciones de los medios informativos.”

2 Y no, no vamos a entrar otra vez en el debate que ya se dio hace algunos años, a partir del lamentable libro de Juan Carlos Usó (¿Nos matan con Heroína?) y la respuesta mucho más sensata de Justo Arriola (A los pies del caballo); debate en el que ya participamos en su día

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