Hoy también tenemos análisis que comunicaros, pero en este caso sin alertas, sólo con un par de “briconsejos”, así que ahí va el primero (en dos días el próximo…):
-Una usuaria nos remitió el secante que veis, porque reportaba efectos muy fuertes y no estaba segura de que efectivamente fuese LSD o de que no se tratase de una dosis descomunal. Lo curioso, lo aleccionador de la historia, es que los análisis que pudimos hacer, de nuevo gracias al equipazo de @solindrugs, arrojaron un resultado de 35 microgramos de (efectivamente) LSD por secante. Una dosis bajísima, vaya, sólo un poquito por encima de la dosis umbral media. Así que queremos remarcar en este post que las sustancias psicodélicas no son para jugar… A pesar de que de la LSD no tenga dosis mortal conocida, el hecho de que no tenga riesgos orgánicos no quiere decir que no los tenga en otros niveles y, sobre todo, que no haya que tratarlas (a ella, y a la psilocibina, la DMT y tantas otras…) con mucho, mucho respeto. Esto incluye cuidar al máximo las condiciones de “set & setting” y, en relación en realidad a ese cúmulo de factores englobados en el “set”, el conocimiento que se tiene de lo que hacen estos fármacos, de sus usos y de su potencia. Porque resulta que si luego despliegan su potencial, incluso en dosis mínimas, y nos parece que el viaje es inmanejable, el problema no está en la sustancia sino en la preparación personal. Ahí lo dejamos; un “briconsejo” un tanto, digamos, firme… Puede que optéis por consumir “honguitos mágicos”, o un “tripillo” sólo para echaros unas risas (que son terapéuticas en sí mismas, por supuesto) y puede que deis con buen material sin adulterar, con la dosis exacta, y con las condiciones personales y de contexto adecuadas, pero si la cosa sube de tono, esperamos que se dé con esas mismas buenas condiciones y conocimiento de causa, porque la psicodelia es cosa seria; hermosa, potencialmente útil, pero seria…;-)
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