(Lea todo el prospecto detenidamente antes de empezar a tomar esta sustancia)

El lugar común de que la ketamina es “anestesia de caballo” es absurdo: Calvin Stevens la sintetizó en 1962 para sustituir el uso hospitalario de la fenciclidina (PCP, que pertenece a la misma familia de las arilciclohexilaminas) tratando de evitar los efectos secundarios de ésta y logrando, eso sí, bajar la toxicidad, pero sin conseguir eliminar el trance alucinatorio por disociación que se daba en las pacientes, sobre todo en el momento del despertar. Por eso se empezó a usar más en animales (sean caballos, loros o gatos; lo único que cambia es la dosis) aunque todavía tiene uso hospitalario.

Su uso psiconáutico extrahospitalario empezó ya a final de la década de los 60, y en una segunda etapa de mayor expansión (ya a mediados de los años ochenta) se generalizó entre los amantes de la música techno. Si las playas de Ibiza se pueden considerar el epicentro del “terremoto MDMA”, las playas de Goa (en la India) puede ser considerado el inicio del “terremoto ketamina” aunque con menor intensidad en la escala Richter. Hoy en cualquier caso es mucho más frecuente el más superficial uso recreativo que el propiamente psiconático, que algunas personas llevaron incluso al extremo. Entre ellas, quizá las más famosas fueron el científico Dr. John Lilly (conocido como el “Dr. Delfín”) o la conocida autora de libros de New Age Marcia Moore, quienes, por cierto, pagaron con la pérdida de la razón su excesivo entusiasmo por la sustancia.1

En un sentido subjetivo, la ketamina induce estados de cierta deconstrucción y tiene relación con una cosmovisión más nihilista; de hecho, la música asociada a ella (bautizada como “musiketa” por el DJ Zaratus) es más oscura y con temas o tópicos que se relacionan con esta visión de deconstrucción, de oscuridad e incluso con títulos relativos al suicidio.

1. COMPOSICIÓN:

Clorhidrato de ketamina en cantidades muy variables dependiendo de la procedencia (ámbito hospitalario y veterinario o producción ilegal). Al ser una sustancia que suele ser desviada del mercado legal, habitualmente tenía un porcentaje bajo de muestras adulteradas, pero la tendencia ha sido cambiante en la última década. En 2015, aproximadamente un 70% de las muestras en el Estado no estaban adulteradas, un 10-15% sí lo estaban y en torno a un 15% no contenían ketamina y sí otros productos, como la metoxetamina, la descloroketamina o, más recientemente, la tiletamina, sustancias en todos los casos poco conocidas aún y de efectos inciertos en el organismo.2

2. PRESENTACIÓN:

La ketamina puede presentarse en forma líquida o como un polvo fino, blanco y cristalino.

3. PROPIEDADES:

La ketamina es utilizada en medicina y veterinaria como anestésico disociativo. Como anestésico no es propiamente ni barbitúrico ni narcótico, sino que produce un peculiar estado de inconsciencia en el que la persona no está dormida sino que su mente está desconectada de su cuerpo y de su entorno. Bajo los efectos de la ketamina, la información sensorial quedaría bloqueada y por ello el cerebro sería incapaz de interpretarla. A diferencia de otros anestésicos, apenas afecta a las funciones respiratorias, deprimiéndolas levemente durante los tres o cuatro primeros minutos. Además, produce una ligera estimulación cardiovascular y conserva el tono de los músculos esqueléticos, pudiendo incluso aumentarlo un poco en dosis bajas. Asimismo, conserva también los reflejos de la mandíbula, la lengua, la faringe y la laringe, lo que disminuye considerablemente el riesgo de ahogos accidentales.

Dado que no se elimina el reflejo de la deglución, y que no son necesarios sistemas para evitar que las pacientes se ahoguen, tiene interesantes aplicaciones en hospitales de campaña, por ejemplo. También ha sido utilizada con finalidad anestésica en la primera de las tres inyecciones que reciben las personas condenadss a muerte en Estados Unidos (antes de las otras dos, que son letales). Cabe mencionar que en el momento de producirse la anestesia se cierran los ojos durante algunos segundos pero luego quedan completamente abiertos y presentan movimientos rápidos (nistagno), lo cual es un signo que puede ser útil para identificar los consumos de ketamina en personas que acuden a urgencias.

En los últimos años, se habla mucho de su aplicación como antidepresivo, aunque ello exige mucho conocimiento, un ambiente controlado y evaluar otros métodos (y sustancias) más eficaces. En todo caso, ya ha sido aprobado y comercializado un producto farmacéutico con este propósito (basado en la esketamina; el enantiómero (S+) de la ketamina)

En dosis subanestésicas, la “keta” produce toda una gama de efectos que abarcan desde la leve embriaguez, con cierta estimulación y ligeras distorsiones perceptivas (efectos por los que ha llegado a recibir nombres callejeros como “cocaína psicodélica” o “cocaína de los ángeles”, “alcohol psicodélico” o incluso “heroína techno”), hasta los más impactantes estados oníricos y auténticamente alucinatorios (agujero K, en jerga; que corresponde más propiamente a una estado alucinatorio, como decimos, que a uno psicodélico), pudiendo, incluso, desencadenar subjetivamente Experiencias Cercanas a la Muerte y Estados de Desdoblamiento Corporal.

4. POSOLOGÍA Y VÍAS DE ADMINISTRACIÓN:

Se trata de una de las sustancias más difíciles de dosificar, tanto por la amplia gama de efectos muy diferentes según el rango de dosis como, por supuesto, por el hecho del desconocimiento de la pureza de lo que circula en la calle. Cuando la ketamina se consume buscando la embriaguez, la estimulación y las ligeras distorsiones perceptivas, la dosificación para la vía oral suele ser de los 50-100 mg. (dosis bajas) hasta los 100-200 mg. (dosis medias-altas). El consumo por esta vía produce unos efectos más suaves y duraderos que los obtenidos por otras. Por vía esnifada hablaríamos de unos 15-30 mg. (dosis bajas) hasta 30-50 mg (medias) o los 100 mg. (altas).

En el caso de los usos psiconáuticos, la vía oral requiere de dosis en torno a los 300 mg. Por la vía esnifada, los efectos psiconáuticos plenos suelen conseguirse con cantidades en torno a los 200 mg. (entre los 150-250, aproximadamente).

5. PRECAUCIONES:

La ketamina es un anestésico, por lo que dosis demasiado altas o demasiado seguidas producirán un considerable entorpecimiento corporal (pérdida del equilibrio, de los reflejos, etc.) que puede suponer un importante riesgo de caídas y accidentes.

En el caso del consumo esnifado, las rayas tendrán que ser más pequeñas que las utilizadas con la cocaína y, como siempre insistimos cuando se produce el consumo esnifado, si se realiza debe utilizarse un turulo personal e intransferible para evitar el contagio de enfermedades como la Hepatitis C o el SIDA. Además, para evitar hemorragias nasales hay pulverizar bien la sustancia, y tras su uso es adecuado hacer lavados con agua salina o suero para eliminar restos de la sustancia que dañen más las fosas.

El uso de dosis altas en busca de los efectos psiconáuticos requerirá de un entorno particularmente tranquilo y seguro (preferiblemente con una persona serena como “canguro”) en el que la consumidora permanezca tumbada y sin moverse. Con el consumo de dosis bajas en entornos de fiesta se recomienda prudencia en los movimientos siempre que exista el riesgo de caídas aparatosas.

El uso continuado favorece el desarrollo de tolerancia y dependencia, así como la posible aparición de trastornos físicos (dolores abdominales, problemas oculares, temblores…) y psicológicos (ansiedad, insomnio, psicosis…). Aunque no se ha descrito un síndrome de abstinencia, algunas personas desarrollan patrones de consumo compulsivos parecidos a los de la cocaína.

6. EFECTOS SECUNDARIOS:

Junto a los efectos buscados y deseados pueden darse náuseas, vómitos, sensaciones de mareo, vértigos, sudores, dolores de cabeza, confusión y desorientación. Se disminuye la capacidad de atención, de concentración y la memoria, pudiendo darse episodios de amnesia. El día después, la usuaria puede sentirse algo cansada, aturdida y con la cabeza pesada. En consumidoras habituales, las dificultades de atención y concentración así como los problemas de memoria, especialmente la lingüística (por ejemplo, recordar palabras o nombres) pueden persistir durante varios días.

Un uso crónico puede dañar la vejiga y el sistema urinario. Los primeros síntomas (escozor al orinar, urgencia o sangre en la orina) suelen ser reversibles con la abstinencia absoluta.

7. INTERACCIONES:

La combinación de ketamina con sustancias como el alcohol, el GHB o los opiáceos, da lugar a una potenciación de los efectos depresores (pérdida de la coordinación, sedación, desmayos, etc.) por lo que se trata de una mezcla totalmente desaconsejada.

La mezcla con estimulantes contrarresta parte de los efectos de la ketamina, por lo que resulta contraproducente para los usos psiconáuticos. El hecho de que parte de los efectos de ambas sustancias se contrarresten puede facilitar que se acaben consumiendo mayores cantidades de cada una, favoreciendo el desarrollo de tolerancia, aumentando la toxicidad y el posible desarrollo de una dependencia.

La combinación con psicodélicos supone mezclar sustancias de efectos muy intensos y es poco aconsejable, pero en todo caso conviene extremar las precauciones usuales: efectuándolo en un contexto seguro y en un buen estado emocional, con acompañante serena y cuidando mucho las dosis.

La combinación con entactógenos como la MDMA (últimamente, se produce en muchas ocasiones de forma involuntaria)3 supone lo que podríamos llamar un “dark-flipping ” (se conoce como “candy-flipping” a la mezcla de LSD+MDMA) por ese matiz oscuro, de deconstrucción y con un punto nihilista que comentábamos, y está también desaconsejada.

Se ha reportado la aparición de convulsiones tras la indución anestésica con ketamina en pacientes asmáticos que estaban recibiendo tratamiento con teofilina. Esta asociación podría reducir el umbral convulsivo y por lo tanto debe evitarse.

8. CONTRAINDICACIONES:

En niños/as, mujeres embarazadas o en período de lactancia. En personas con hipersensibilidad a la ketamina o derivados, aquellas aquejadas de problemas cardíacos, hipertensión o que cuenten con antecedentes de accidentes o problemas cerebrovasculares. En las que estén en tratamiento con medicamentos tiroideos, que hayan sufrido operaciones oftalmológicas, que padezcan problemas psiquiátricos o tengan antecedentes de haberlos tenido. Si se van a conducir vehículos o a manejar maquinaria peligrosa.

9. INTOXICACIÓN:

En personas sin tolerancia, cantidades superiores a los 250 mg. (vía esnifada), consumidos de una sola vez o en poco tiempo, suelen dar lugar a pérdidas de conocimiento. El consumo de cantidades menores mezcladas con cantidades medias o altas de alcohol u otros depresores también puede producir desvanecimientos (en el peor de los casos puede dar lugar a paradas respiratorias). En cualquiera de estas situaciones, será más razonable y seguro pecar de prudencia, por lo que se aconseja llamar a urgencias.

Si se está con alguien que sufre ataques de ansiedad, paranoias, etc. se recomienda no dejarle sola, mantener la calma, evitar los estímulos fuertes y potencialmente agobiantes (música, gente, etc.), ayudarle a respirar lenta y profundamente y, si la situación no mejora, llamar solicitando ayuda.

10. ASPECTOS LEGALES

Su posesión o consumo en lugares públicos está sancionado (desde la puesta en vigor de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, conocida popularmente como “Ley Mordaza”) con una multa mínima de 601 euros. El tráfico, por considerarse legalmente (en base a la jurisprudencia y a pesar de sus usos autorizados) entre las drogas que pueden causar «grave daño a la salud», es considerado un delito penal y acarrea entre 3 y 6 años de cárcel y una multa de hasta tres veces el valor de la droga.4

1 Para saber más (mucho más…) sobre todo lo que rodea a la ketamina, consultar el excelente libro de Eduardo Hidalgo, Ketamina, Ed. Amargord, Madrid, 2008, sin duda uno de los mejores textos en castellano sobre la sustancia y del que están extraídas algunas de estas mínimas consideraciones. Para saber más específicamente sobre sus características farmacológicas, ver: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462007000100007

2 Se trata, como se ve, de datos relativamente antiguos, pero son los últimos (de alcance estatal) publicados por la organización de reducción de riesgos Energy Control. Sobre los efectos de estas sustancias que aparecen en ocasiones como adulterantes por sustitución se sabe que, por ejemplo, la metoxetamina (uno de los primeros que aparecieron) provoca efectos más largos e intensos que la ketamina, pero en general, el desconocimiento es aún muy grande sobre todas ellas.

3 Ver la parte de este documento dedicada al mal llamado “tusi” o “tusibi”

4 Esta es la legislación actual, en el momento de escribir este documento (abril de 2023) Sin embargo, la citada Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana está en trámite de modificación y parece que las multas por tenencia simple pasarán a ser consideradas leves (con una cuantía de entre 100 y 600 euros) y el consumo en la vía pública seguiría castigándose con 601 euros de multa mínima.

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